viernes, 30 de octubre de 2009

Filipéndula (Filipendula hexapetala)

La filipéndula es una planta herbácea, vivaz, que casi todos los años echa nuevos vásta-gos, los cuales surgen de una corta cepa de la que arrancan raíces delgadas pero engrosadas en su extremo.
Las hojas son largas y estrechas, divididas en numerosos segmentos, unos mayores que otros pero todos dentados profundamente.
Las flores no son muy grandes, de color blanco o quizás algo rojizas, y se agrupan en las ramas terminales.
Se cría entre encinas y robles, en los claros de bosques poco espesos, en prados enjutos, etc., preferentemente en la mitad septentrional de la Península, enrareciéndose su presencia hacia el sur.
Florece a partir del mes de mayo y continúa en esta época hasta bien entrado el verano.
Depende un poco de la altitud a la que se encuentre, siendo las primeras en florecer las que se hallan en tierras más bajas.
De la recolección con fines medicinales interesan las sumidades floridas.
La recolección se suele hacer de mayo a octubre: en mayo se recogen las sumidades floridas (que son las que nos interesan) y a final de temporada se arrancan unos pequeños tubérculos que se forman en las raíces, los cuales están repletos de interesantes sustancias almacenadas durante todo el año.
La filipéndula contiene en sus partes herbáceas salicilato de metilo y aldehido salicílico.
En las partes subterráneas también encontramos un compuesto denominado gaulterina y en los tubérculos se acumulan materias feculentas de alto valor nutritivo, aunque mezcladas con sustancias tánicas que le dan cierta aspereza al paladar.
En cuanto a sus virtudes, se puede afirmar que son las mismas que las descritas para la ulmaria, aunque en honor a la verdad hay que decir que la filipéndula las tiene más acentuadas.
Si se tiene a mano cualquiera de las dos, siempre será mejor disponer de esta última; pero en cualquier caso, con ambas se pueden preparar las mismas tisanas.
Sus principales virtudes están íntimamente relacionadas con las mismas propiedades que tiene el ácido acetilsalicílico, conocido vulgarmente como "aspirina".
Por ello se utiliza en todos los síntomas relacionados con resfriados, gripes, fiebre, etc., aunque también tiene un efecto que nada tiene que ver con estos que hemos descrito: es una planta con una intensa actividad diurética, muy empleada en casos de gota y reuma.
En definitiva, es una planta de la cual se pueden obtener amplios beneficios, pero sin olvidar que debe ser el médico quien la prescriba.
.- Infusión. En un litro de agua hirviendo se vierten 50 g. de flores y se deja templar el líquido antes de filtrarlo.
Se endulza ligeramente y se toma del orden de medio litro al día.
.- Cocimiento. Unos 60 g. de filipéndula por litro de agua.
Se deja hervir durante 15 min., pasados los cuales se tapa y se deja enfriar un rato.
Se deben tomar las dosis suficientes hasta que aparezcan los efectos deseados.
Antiinflamatorio. Analgésico. Antipirético

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