El espino de tintes se caracteriza por ser un arbusto no demasiado alto y estar densamente poblado de espinas.
Las hojas se suelen caer antes de llegar el invierno; son pequeñas, estrechas y con un rabillo bastante corto.
Existen arbustos macho y hembra.
Es relativamente fácil confundir este arbusto con el espino cerval, otra planta de la misma familia, muy parecidos ambos en cuanto a su morfología.
Se suele criar en peñascos, entre rocas y en general en cualquier zona rupestre de suelos ricos en cal.
La floración se produce en los meses de primavera y verano, cuando genera unas flores de un intenso color moradorosá-ceo, recorridas por venas más oscuras.
Presentan numerosos estambres.
La recolección de los frutos se efectúa en los meses anteriores a la floración, cuando la planta está totalmente desarrollada, desecándose estos lo más rápidamente posible y siempre con buena ventilación.
En algunos casos pueden aparecer unos puntos pequeños de color marrón en los frutos secos, lo que se debe a la aparición de un parásito bastante común en esta especie, que estropea el producto y lo hace inservible para cualquier uso medicinal.
En algunos casos interesa recoger los frutos en la época de plena floración, durante los meses de junio y julio, desecando rápidamente en estufa o a la sombra a 36 °C; de esta forma se consigue un fruto en perfectas condiciones.
Los frutos contienen determinados glucósidos como la xantorramina, la ramnacina y la quer-cetina, todos ellos de color amarillo.
Estos compuestos son de conocida actividad purgante, al igual que los que se obtienen del espino cerval.
Aunque el efecto purgante que producen estas plantas es muy bueno, casi siempre se acompaña de dolores tipo cólico y copiosas diarreas, salvo si se toman en cantidades pequeñas.
Esto, junto con el efecto que se sigue de acostumbrar el intestino, hace que las sustancias de esta naturaleza no estén en absoluto recomendadas.
Siempre será mejor aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra, como frutas y verduras.
Si esto no es suficiente, se recomienda ponerse bajo control médico, pero nunca atiborrarse de laxantes y purgantes, pues lo único que se consigue con ello es estropear el funcionamiento fisiológico y normal del intestino.
.- Jarabe. A partir de los frutos se puede extraer el zumo con el que se prepara un jarabe, añadiendo la correspondiente cantidad de azúcar.
.- Decocción uso externo. Se prepara con cuarenta gramos de fruto, pesado en seco, que se añaden sobre un litro de agua que hierve durante quince minutos.
Se emplea como laxante de uso drástico.
Laxante. Purgante. Colorante amarillo
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