El helecho macho es una de las especies más robustas que se crían en nuestro país.
Posee un rizoma muy rollizo y grueso, fácilmente confundible con la raíz, que da origen a frondes pecioladas, inicialmente enrolladas en forma de cayado y cubiertas de escamas marrones.
En agosto y septiembre se van formando en la cara inferior de las frondes dos líneas de esporangios; estos liberan unas esporas marrones que aseguran la reproducción de la planta.
Se cría en bosques sombríos y húmedos, a la vera de arroyos pequeños y en general al pie de casi todas las montañas de nuestro país, desde Sierra Nevada hasta los Pirineos, pasando por Cataluña, Galicia y Portugal, aunque no es un helecho tan frecuente de ver como otros.
Al ser un helecho carece de flores y por tanto no tiene floración.
En este caso hablamos de maduración de los esporangios, siendo la época de maduración hacia finales de verano.
Para uso médico se emplea su grueso rizoma, con las partes basales de los frondes que arrancan de él.
Es importante arrancar el rizoma fresco, que es cuando más actividad presenta.
Por la misma razón, el proceso de desecación debe ser lo más corto y rápido posible.
En función de la época de recolección, tendremos un rizoma más o menos activo; se creen más activos los rizomas recogidos en otoño.
En cuanto a la altitud y al tipo de suelo, parece que influye menos en la riqueza en principios activos del rizoma.
No obstante, se prefieren los helechos criados en montaña y en suelos silíceos, frente a los criados en tierras bajas de terrenos calcáreos.
Encontramos en el rizoma derivados del floro-glucinol, como la filicina y un aceite esencial con pequeñas cantidades de ácidos grasos libres.
El empleo más característico del helecho macho es como antihelmíntico.
Los floroglúcidos que posee tienen la propiedad de paralizar la musculatura de diversos gusanos intestinales, los cuales, una vez inmovilizados, se desprenden con facilidad de las paredes de todo el tracto intestinal, siendo eliminados junto con las heces.
Se ha utilizado con éxito para combatir la tenia, pero es necesario asociarlo a un purgante que complemente la acción.
El purgante puede ser salino, o bien del tipo de los calomelanos, pero nunca debe asociarse a purgantes grasos como el aceite de ricino, ya que éste favorece la absorción de los principios activos del helecho, pudiendo desencadenar efectos no deseados.
Por la misma razón tampoco se debe administrar esta planta con alcohol.
Entre los efectos no deseados, los principios activos del helecho macho pueden provocar gastroenteritis, hematuria (sangre en orina), broncoespasmos e incluso hay descrito algún caso de ceguera tras una administración incontrolada.
Por ello, se recomienda usar preparados estandarizados -en los cuales se advierte cómo utilizarlo- y usarlo siempre bajo control médico.
En la actualidad se prefiere sustituir esta planta por otros preparados menos ofensivos e igualmente activos.
Por su potencial peligro no se recomienda realizar ninguna preparación casera.
En el mercado farmacéutico existe algún preparado hecho a base de este helecho, pero hay que recordar que debe emplearse siempre bajo supervisión de personal especializado, esto es, médicos y farmacéuticos.
Antihelmíntico. Tóxico
No hay comentarios:
Publicar un comentario