El hamamelis es un arbusto procedente de América del norte, antiguamente empleado por los indios, quienes le atribuyeron propiedades misteriosas.
Fue introducido en Europa a finales del siglo
XIX.
Es un gran arbusto que puede alcanzar los 7 m. de altura si las condiciones del terreno se lo permiten.
Sus hojas, cortamente pecioladas, son alternas, enteras, ovales, asimétricas en la base y dentadas o sinuoso-dentadas.
Las flores tienen 4 pétalos amarillos brillantes.
Los frutos son pequeñas cápsulas rodeadas en la base por el cáliz.
El hamamelis no fue conocido por nuestros antepasados, pero desde que se introdujo en Europa alcanzó mucha popularidad que aún conserva hoy día.
La floración se da entre otoño e invierno, cuando ya está despojada de las hojas.
La parte que interesa con fines medicinales son las hojas, aunque a veces también se utiliza la corteza.
Las hojas se recolectan durante el verano, antes de que empardezcan; su desecación debe hacerse a la sombra, lo más rápido posible.
La droga seca es inodora y su sabor resulta ligeramente amargo y astringente.
Esta planta se suele falsificar a veces con hojas de avellano cuando se vende en mercados y herbolarios, por lo que conviene no comprarla en sitios de dudosa reputación.
Las hojas contienen una alta proporción de taninos.
También presenta ácido gálico y caféico, así como diversos heterósidos flavónicos con mi-ricetina, quercetina y kampferol.
Además es particularmente rico en aceites esenciales.
La composición química de la corteza es bastante semejante a la de las hojas.
Las hojas de hamamelis presentan propiedades astringentes, vasoconstrictoras, hemostáticas, vitamínicas y antimicrobianas.
Se emplean sobre todo en trastornos de la circulación venosa, como pueden ser varices, hemorroides y flebitis, y también es ampliamente usada en trastornos de la menopausia.
En uso externo se usa como astringente y cicatrizante en heridas mal curadas, en ciertas dermatitis, etc., siendo el agua destilada de hamamelis óptima para la desinfección de heridas, descongestión de piel irritada y como apósito en esguinces y contusiones.
Las formas más frecuentes de administración son la tintura (2-5 g/día), el extracto fluido (1-4 g/día), la infusión hecha con 2-4 g de las hojas en una taza de agua hirviendo y el polvo a razón de 0,5-1,5 g. al día.
Se usa también en forma de colirios por sus propiedades astringentes y vasoconstrictoras, para descongestionar ojos cansados e irritados.
Por último, en homeopatía es una planta muy utilizada que entra a formar parte de numerosos remedios tanto de forma externa como interna.
Astringente. Vasoconstrictor. Antimicrobiano
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